México, junto con Canadá, es uno de los principales exportadores de estos metales al país vecino
Martes 11 de febrero de 2025

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó un arancel del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio, sin excepciones ni exenciones, que entrará en vigor el 12 de marzo.
México, junto con Canadá, es uno de los principales exportadores de estos metales al país vecino, lo que afecta directamente a sectores estratégicos como la industria automotriz, la construcción y la manufactura.
Trump justificó su decisión argumentando que México no ha cumplido con sus compromisos en materia de seguridad fronteriza y combate al narcotráfico, específicamente en la lucha contra el tráfico de fentanilo. Según el mandatario, la falta de medidas más agresivas por parte del Gobierno mexicano permite que este opioide sintético continúe ingresando a su territorio, lo que representa una crisis de salud pública.
Además, el presidente estadounidense acusó a México de beneficiarse injustamente del T-MEC, sosteniendo que el país mantiene prácticas comerciales desleales al facilitar la entrada de productos chinos disfrazados de manufactura mexicana.
Estados Unidos depende en gran medida de las importaciones de acero y aluminio, con más del 80% del aluminio utilizado en 2023 proveniente del exterior. Durante su primer mandato, Trump impuso medidas similares, aunque luego negoció exenciones para México y Canadá. Sin embargo, esta vez ha argumentado que los beneficios del acuerdo comercial han sido desproporcionadamente favorables para México, y que las medidas arancelarias buscan restablecer un equilibrio comercial.
El impacto para México es significativo, ya que más del 80% de sus exportaciones de acero y aluminio tienen como destino a la Unión Americana. Las exportaciones incluyen láminas, barras y perfiles esenciales para sectores como la construcción, la electrónica y la aeronáutica. Trump también advirtió que podría imponer aranceles adicionales a automóviles, productos farmacéuticos y chips informáticos, como parte de una estrategia para presionar a México a reforzar sus acciones en seguridad fronteriza y comercio.
A pesar del impacto en la economía global, Trump sostiene que su política arancelaria busca impulsar la producción nacional y fortalecer el mercado estadounidense. No obstante, expertos advierten que estas medidas podrían perjudicar tanto a fabricantes como a consumidores dentro de Estados Unidos, además de generar incertidumbre sobre el futuro del T-MEC y la estabilidad de las relaciones comerciales entre ambos países.
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