Declaración de ganadores del concurso del Himno Nacional Mexicano
- Fernando Swain
- 12 ago
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12 de agosto de 1854
Autores: Francisco González Bocanegra (letra) y Jaime Nunó Roca (música)

El poema patrio tiene diez estrofas,
de las cuales actualmente sólo se entonan cuatro y el coro
A finales de 1853, el gobierno del entonces presidente Antonio López de Santa Anna lanzó una doble convocatoria: la primera para un poema y otra para la música de un himno nacional.
Para la letra fueron 26 los elegidos, y el ganador fue el potosino Francisco González Bocanegra.
El poeta no recibió en vida el reconocimiento que debería por su obra, incluso se dice que no fue merecedor de ninguna compensación ni premio alguno.
Murió a los 37 años a causa de la fiebre tifoidea, entre algunas tímidas palabras de periodistas que anunciaban su fallecimiento, pero sin mencionar que era el autor del himno, ya que era prohibitivo, esto antes que Santa Anna dejara el poder y a quien se le asociaba como su pieza musical: el “himno santanista”.
Posteriormente a la elección del ganador, la música supuestamente sería seleccionada un mes después y así fue. El vencedor fue el compositor y contrabajista italiano Giovanni Bottesini, pero en el poder siempre existe “un favorecido” y éste fue Jaime Nunó Roca.
Resulta que en un viaje a Cuba, Santa Anna y él músico español Nunó se convirtieron en grandes amigos, le ofreció el cargo de director de las bandas militares. Lo cierto es que la letra y la música estaban listas para fusionarse, así que el Himno Nacional Mexicano o popularmente llamado “santanista”, se interpretó oficialmente por primera ocasión en el Teatro Santa Anna el 15 de septiembre de 1854 a cargo de una compañía de ópera italiana que se encontraba en México, dirigida por el maestro Juan Bottesini, y entonado por la soprano absoluta Balbina Steffennone y el tenor Lorenzo Salvi.
Cabe mencionar que esta edificación que fuera obra del arquitecto español Lorenzo de la Hidalga, fue demolida tiempo después para construir lo que hoy es el Palacio de Bellas Artes.
Jaime Nunó, luego de que Santa Anna dejara la presidencia, decide radicar en los Estados Unidos, donde vivió oculto muchos años por miedo a que su relación con el expresidente le causara algún daño, hasta que un periodista de la época del porfiriato lo descubre e invita a conocer al nuevo mandatario, accede y es recibido con honores brindándole varios homenajes entre el periodo de 1901 a 1904.
Nunó fallece el 18 de julio de 1908, y sus restos mortales se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres en el Panteón Civil (Dolores) de la capital mexicana.
El 21 de octubre de 1942 se emite el decreto en donde quedaron oficialmente definidas las estrofas y el coro que lo integran.
“El Himno Nacional Mexicano debe ser entonado en Do Mayor”, artículo 39 de la Ley sobre el escudo, la Bandera y el Himno Nacional, estipula que no puede ser alterado, y debe seguir ciertas especificaciones.
Sin embargo, ha sucedido que en algunos eventos deportivos artistas famosos contratados para cantarlo, han olvidado la letra o pronunciado mal algunas palabras; como por ejemplo, decir "Ciño Patria" en lugar de "Ciña oh, Patria"; o "Y retiemble en su centro la Tierra" en vez de "en sus centros" como está escrito originalmente en ambos casos.
En 2005, el artículo 39 de la Ley de los Símbolos Nacionales fue adaptado para permitir la traducción de la letra a las lenguas nativas.
Ha sido traducido en: chinanteco, otomí, mixteco, maya, náhuatl y huasteco.
La Ley de los Símbolos Nacionales indica que solo puede cantarse en actos oficiales, cívicos, deportivos, culturales o escolares.
El Himno Nacional solo debe ser interpretado por una orquesta, banda sinfónica, piano, con voz o a capela.
Lamentablemente, no siempre ha sido cantado con buenas voces, aunque sí muy comerciales y populares, lo que no ha garantizado la calidad interpretativa.
F . S.


























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