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Primera ejecución en la silla eléctrica

6 de agosto de 1890

Sucedió en la prisión de Auburn, en Nueva York, Estados Unidos.

Concebida como un método de ejecución más humano que la horca
Concebida como un método de ejecución más humano que la horca

El condenado fue William Kemmler, declarado culpable de asesinar a su pareja, Matilda "Tillie" Ziegler, con un hacha.


El inventor fue el dentista e ingeniero Alfred P. Southwick, quien en 1881 propuso electrificar la silla como alternativa más humana al ahorcamiento, inspirado por la rápida muerte de un hombre ebrio tras tocar un generador eléctrico 


Fue diseñada por Harold P. Brown, un ingeniero contratado por Thomas Edison, como parte de la llamada "guerra de las corrientes", un conflicto entre corriente continua (DC) de Edison y la corriente alterna (AC) de Nikola Tesla y George Westinghouse.


El diseño surgió de una combinación de ideales humanitarios, rivalidades tecnológicas (la “guerra de corrientes”) y necesidad de innovación en métodos penales, con una estructura sencilla pero funcional,

Los electrodos metálicos se diseñaron para colocarse en la cabeza y espalda del condenado, humedecidos con esponjas para mejorar la conductividad eléctrica.

 

La silla fue fabricada en madera maciza de roble, con un diseño sencillo que incluía reposapiés retractiles y correas para asegurar al condenado. 

Estaba equipada con dos electrodos metálicos, uno para la cabeza y otro para la espalda (posteriormente aplicado en la pierna), cada uno cubierto con una esponja empapada en solución salina para mejorar la conducción eléctrica.

La placa de contacto de la cabeza tenía un diseño similar a un desatascador de inodoros, con esponja y solución de potasa para mantener buen contacto con el cuero cabelludo

Fue construida por Edwin F. Davis, el primer "electricista estatal" 

Edison apoyó la silla eléctrica con el objetivo de desacreditar la corriente alterna, que era usada en el dispositivo.


En 1886, el Estado de Nueva York conformó una comisión que adoptó la idea de Southwick y en 1889 legalizó su aplicación.


La ejecución

La primera descarga fue insuficiente y no causó la muerte inmediata de Kemmler 

Se descargaron aproximadamente 700 V durante 17 segundos.

El reo quedó lúcido y respirando, aunque se percibieron olores de carne quemada y ropa chamuscada.

Tras confirmarse que seguía vivo, se aplicó una segunda descarga de aproximadamente 1 000 V a 2 000 V, lo que provocó quemaduras internas, humo, rupturas de vasos sanguíneos y, según testigos, fuego saliendo de la cabeza, lo que hizo que el cuerpo se quemara parcialmente, causando un espectáculo horrendo y generando gran controversia.


A pesar de esto, la silla eléctrica continuó utilizándose en varias jurisdicciones estadounidenses durante más de un siglo.

Este evento marcó un hito en la historia del sistema penal y del debate sobre la pena de muerte y los métodos "humanitarios" de ejecución.

Aunque este método fue adoptado por varios estados como alternativa más "humana" al ahorcamiento, los resultados tan horribles generaron un fuerte debate desde entonces.



 


 

 





 
 
 

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