La caĆda del fiscal Gertz
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Columna de opinión escrita por āJorge FernĆ”ndez MenĆ©ndez para el periódico ExcĆ©lsior
Lunes 1 de diciembre de 2025
Jorge FernƔndez MenƩndez
No, no fue AdĆ”n Augusto López o el propio López Obrador los que detonaron la salida de Alejandro Gertz Manero de la FiscalĆa General de la RepĆŗblica. Desde hace semanas, en las reuniones del Gabinete de Seguridad federal eran recurrentes las quejas contra el fiscal, por su ausencia, porque estaba atrincherado en el bĆŗnker de la FGR, porque no trabajaba en la reconstrucción de las fiscalĆas estatales, pero sobre todo porque la judicialización de los asuntos que se llevaban desde la SecretarĆa de Seguridad y Protección Ciudadana y la Defensa no se transformaban en procesos ni en condenas. A eso se sumaba lo que fue una norma en los siete aƱos que estuvo al frente de la fiscalĆa: la filtración, interesada, de información en muchas ocasiones para cubrir intereses polĆticos o personales. La Ćŗltima, la del caso RaĆŗl Rocha.
La presidenta Sheinbaum ya habĆa querido quitar a Gertz desde antes de asumir la Presidencia, pero el fiscal se negó y contaba, ademĆ”s, con el apoyo de López Obrador. A eso se sumaba la duda de si se impulsaba a Omar GarcĆa Harfuch a la fiscalĆa o a seguridad pĆŗblica. Finalmente, Omar se quedó en la SSPC y pidió que en la reestructuración de todo el Gabinete de Seguridad la policĆa de investigación, que estĆ” en manos de la fiscalĆa, pasara a depender institucional o tĆ”citamente de la secretarĆa, para darle al secretario mĆ”s mĆŗsculo y para poner en coordinación las tareas de inteligencia con la judicialización de los procesos.
Pero Gertz tambiĆ©n se negó. Eso provocó una suerte de desfase de todo el proceso porque la Defensa, la Guardia Nacional y la Marina, junto con la SSPC, trabajaban en forma conjunta, y la FGR quedaba fuera de ese esquema de trabajo. Y, ademĆ”s, los temas que le interesaban se filtraban en forma continua, sobre todo durante los Ćŗltimos meses. Y otros quedaban paralizados en la propia fiscalĆa.
La caĆda del fiscal, en realidad, tendrĆa que haberse dado el sexenio pasado. Nunca deberĆa haber superado el caso del proceso que inició contra su familia polĆtica tras el fallecimiento de su hermano, que llevó a que tuvieran en prisión a Alejandra Cuevas por mĆ”s de un aƱo: que la Suprema Corte por unanimidad haya desestimado la acusación, liberado a Cuevas y acabado con ese proceso en el que el fiscal impuso todo su peso polĆtico, hubiera sido suficiente para que Gertz tuviera que presentar su renuncia.
De allĆ nacieron tambiĆ©n otros conflictos, entre ellos la larga persecución del fiscal, con base en averiguaciones previas amaƱadas y filtraciones, incluso pagando algĆŗn libro, contra el consejero jurĆdico Julio Scherer Ibarra. Gertz fue a pedirle a Scherer, cuando Ć©ste era el poderoso consejero jurĆdico, que intercediera ante la Corte para que lo apoyaran en el juicio contra la seƱora Cuevas y su hija. Scherer le dijo que era imposible, que el caso no tenĆa sustento. Gertz lo amenazó diciĆ©ndole algo asĆ como āusted eligió, podrĆa haber tenido un fiscal amigo y prefirió tener un fiscal enemigoā. Y desde allĆ se lanzó aquella campaƱa.
Pero a eso se sumó la manipulación de los procesos para obtener objetivos polĆticos: el caso Lozoya fue paradigmĆ”tico en ese sentido. Se usaron los actos de corrupción del exdirector de Pemex para tratar de involucrar una larga lista de 49 exfuncionarios de gobiernos anteriores y que Lozoya, como testigo protegido, los inculpara. Pero una vez filtrada la declaración amaƱada del exdirector de Pemex, la fiscalĆa no pudo judicializar ni un solo caso, y al final ni siquiera plenamente al propio Lozoya. En tĆ©rminos polĆticos sirvió para alimentar la narrativa contra el pasado neoliberal de López Obrador, pero la justicia retrocedió al nivel del tristemente cĆ©lebre periodo de Chapa Bezanilla. ĀæPor quĆ© lo mantuvo López Obrador? Porque era el que le trasmitĆa los chismes de la clase polĆtica, empresarial, de los medios y porque protegĆa sus intereses.
Los casos de Raúl Rocha, la decisión de convertirlo en testigo protegido y de filtrar al mismo tiempo el expediente, y el del segundo tirador del caso Colosio, la detención de Jorge SÔnchez Ortega, con quien Gertz estaba obsesionado en convertir en el cómplice de Mario Aburto en el asesinato de Luis Donaldo, un caso desestimado desde hace décadas y que revivió Gertz sin prueba alguna, dicen que colmaron la paciencia presidencial y se decidió operar su remoción.
Se ha dicho que lo pidió AdĆ”n Augusto López por temor a ser procesado por Gertz. No es verdad. López HernĆ”ndez fue a Palacio Nacional convocado por la Presidenta para que operara, donde se tenĆa que operar, en el Senado, la remoción de Gertz que ella decidió. Y lo hizo a pesar de la oposición de algunos senadores del entorno mĆ”s cercano a AndrĆ©s Manuel, como Alejandro Esquer. El expresidente no se pronunció, pero sĆ lo hizo su hijo mayor, JosĆ© Ramón, uno de sus beneficiarios, pues nunca se investigó la casa gris, entre otros temas, en un tuit lleno de elogios al ahora exfiscal.
La remoción de Gertz, dicen quienes han estado con la Presidenta en las Ćŗltimas fechas, es parte de una serie de movimientos que estaban contemplados para enero, pero que se aceleraron en el caso del fiscal por el enfrentamiento con la mandataria y con todo el Gabinete de Seguridad. Que esa decisión es presidencial, no de AdĆ”n o algĆŗn otro, lo demuestra la llegada de Ernestina Godoy y los primeros nombramientos en las Ć”reas de investigación y policĆa de investigación de la FGR ocupados inmediatamente por los mĆ”s cercanos colaboradores de GarcĆa Harfuch. No le demos a AdĆ”n Augusto un poder que no tiene.
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Dialogar para avanzar: una nueva
etapa para el CCE
Columna de opinión escrita por José Medina para el diario El Universal
Lunes 1 de diciembre de 2025
JosƩ Medina
MĆ©xico vive un momento decisivo. La economĆa se mantiene estable, pero el crecimiento no alcanza para generar las oportunidades que permitan que nadie se quede atrĆ”s. Las presiones externas generan incertidumbre y los retos internos demandan atención urgente. El sector privado tiene que responder con liderazgo, unidad y propósito.
Ante este contexto tan retador, he recibido el apoyo de mis colegas del sector privado para ser Candidato Ćnico a la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para el periodo 2026-2029.
Asumo esta tarea con una convicción clara: el CCE no es oficialismo ni oposición, es institución. Nuestro papel es estratĆ©gico y articulador. Somos la voz de quienes invierten, producen y trabajan por MĆ©xico. Por eso, busco que en esta etapa el Consejo se distinga por dar resultados que nos permitan avanzar como paĆs.
Identifico tres grandes retos que definirÔn el rumbo de los próximos años.
Primero, reactivar la inversión para potenciar el crecimiento y promover el empleo. MĆ©xico tiene talento, energĆa y cercanĆa con los mercados mĆ”s dinĆ”micos del mundo. Necesitamos seguridad, confianza, reglas claras y colaboración pĆŗblico-privada para transformar ese potencial en mĆ”s empleos formales y bienestar. Tanto el gobierno como las empresas queremos una etapa de crecimiento vigoroso y prosperidad compartida; por ello propongo dejar atrĆ”s dudas y obstĆ”culos, y avanzar colectivamente.
Segundo, llegar con un frente unido a la renegociación del T-MEC. MĆ©xico necesita acudir a esa negociación con un gobierno y un sector empresarial fuertes. Desde el CCE haremos nuestra parte: trabajar para lograr la coordinación de la iniciativa privada mexicana. No se trata solo de āsalvarā el tratado, sino de renegociarlo en las mejores condiciones para MĆ©xico. El Consejo debe contribuir a que los cambios al acuerdo favorezcan el interĆ©s nacional. Haremos nuestro mayor esfuerzo para que esta renegociación convierta en realidad el nearshoring y beneficie a toda nuestra nación.
Tercero, unir a todo el sector empresarial. El CCE debe ser la casa comĆŗn de los empresarios de MĆ©xico: grandes corporativos, asĆ como medianas, pequeƱas y microempresas; mujeres y hombres que todos los dĆas hacen que este paĆs funcione, produzca y crezca. Por eso, mi misión al presidir el CCE serĆ” ampliar las oportunidades para las mujeres y los jóvenes emprendedores, y lograr resultados para todas las empresas.
La filosofĆa que marcarĆ” mi gestión al frente del CCE se resume en tres palabras: dialogar para avanzar. Pasar del discurso a la agenda y de la agenda al resultado, siempre rindiendo cuentas. Escuchar a todos los empresarios, de todos los sectores y de todo el territorio. Dialogar con independencia, apertura y responsabilidad con los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, asĆ como con los gobiernos estatales y municipales. Me enfocarĆ© en potenciar las coincidencias con el Gobierno Federal: crecimiento y prosperidad compartida.
Asumo el reto de representar a un CCE que promueve los valores de la libre empresa, que apuesta por el crecimiento, el desarrollo inclusivo y que avanza unido, con voz propia y con resultados para MƩxico.
Es tiempo de dialogar para avanzar.






















